Ha llegado el invierno. Hace frío, los días son cortos y parece que este año va a ser más duro de lo habitual. Tu casa es tu refugio, más que nunca, así que debes intentar sacarle el máximo partido para sentirte a gusto, quererla mucho y mimarla. No es una locura, todo lo que tú hagas por mejorar tu casa y hacerla más confortable, ella te lo devolverá con creces todos y cada uno de los días.
No se trata de que te pongas a hacer obras. Solo son pequeños detalles, complementos, toques que pueden cambiar tu casa por muy poco dinero y apenas sin esfuerzo. Pero seguramente no habías recaído en ellos. Aquí los tienes. Son 10 consejos. No hace falta que los apliques todos en tu casa. Pero cuantos más sigas, más notarás el cambio y más a gusto te sentirás en casa, porque harás que sea más cálida, confortable y acogedora.
1. Apuesta por materiales cálidos
La madera es el más importante, es cálida al tacto y te conecta con la naturaleza. En los muebles, en el suelo, en los detalles decorativos como cajas, baúles, cuencos… Buenas ideas que cuestan poco son: un cabecero para la cama, un arrimadero alistonado, unas baldas para el salón, un pequeño mueble auxiliar para el recibidor… Ahora se llevan las maderas con una pátina blanquecina (ideales si no tienes mucha luz natural) pero sobre todo las de acabado 100% natural, con vetas a la vista, incluso relieves texturados que resaltan la belleza de la veta. Otros materiales que también dan calidez son el corcho (hoy en día hay infinidad de productos a base de corcho, desde pequeños objetos ¡hasta pavimentos!), las fibras vegetales como sisal o enea, el bambú…
2. Pon una planta en tu vida
Bueno, una o varias. Las plantas son vida y cumplen un importante papel a la hora de regenerar el aire de tu casa. Aportan frescor natural y color verde. ¿Sabías que el color verde es el color más relajante para el ojo humano? Se asocia con la tranquilidad, la armonía, el equilibrio, el descanso… Y si no tienes ni idea de qué plantas elegir, aquí tienes una lista de las que están más de moda (sí, también hay modas en plantas): monstera o costilla de Adán, pilea, calatea sanderiana, helechos y hiedras… Un clásico de siempre es el ficus y si eres de los de “a mí las plantas no me duran ni una semana”, no lo dudes, elige plantas crasas o cactus.
3. La magia de la luz
Este es uno de los puntos más importantes a la hora de dar calidez a tu casa. Porque una iluminación fría puede convertir tu casa en una especie de quirófano, frío y desangelado, y una iluminación cálida, en un refugio súper acogedor. Para conseguir que la luz de tu casa sea cálida, son básicas las bombillas. Debes elegirlas de luz cálida (menos de 3.300 grados Kelvin), que tiene una tonalidad amarillenta, o de luz neutra (alrededor de 4.000 grados Kelvin), de color bastante natural. Las de luz fría (entre 5.000 y 6.500 grados Kelvin), emiten una luz azulada muy poco acogedora. No te olvides de velas, guirnaldas, tiras de leds y otros puntos de luz, son perfectos para dar calidez a cualquier rincón de la casa y muchos no necesitan ni conexión eléctrica, porque funcionan con pilas.
4. Abriga tu casa
Viste las zonas “de estar” con alfombras. ¿Cuáles son esas zonas? El salón (la zona del sofá), el dormitorio (a los pies y los laterales de la cama), el comedor (bajo la mesa y las sillas), las zonas de estudio (bajo las sillas), las zonas de juego de los niños… Las alfombras son cálidas a la pisada y aportan confort. Preferentemente, elígelas de lana, sean de pelo largo o de pelo corto. Otro elemento imprescindible para ganar calidez son las mantas. No puede faltar una a los pies de las camas y algunas en el sofá (lo ideal es que haya tantas mantas como personas viven en la casa).
5. Viste las ventanas
Las ventanas son superficies frías. Si las equipas con unas buenas cortinas, ganarás aislamiento térmico, pero también calidez, porque las caídas de tela “visten” el espacio. Hay muchos sistemas de cortinas, desde visillos hasta estores o paneles japoneses, unos son más clásicos, otros más modernos, pero lo importante es que elijas un tejido lo más natural posible (algodón, lino…) y de un color neutro que combine con la decoración de tu casa y no dificulte la entrada de luz natural.
6. Gana comodidad con cojines
Porque el confort no es solo cuestión de temperatura, sino también de comodidad. Los cojines son un buen comodín para ponerse cómodo en el sofá, la butaca o la cama, pero también para dar calidez a las sillas o incluso para evitar corrientes de aire (con cojines cortavientos que se ponen delante de las puertas). A la hora de elegir los cojines del sofá y de la cama, el consejo es combinar diferentes formas (cuadrados, rectangulares, rulos…) y tamaños.
7. El arte de reflejar la luz
Luz es igual a calidez. Así que cualquier superficie que sea capaz de reflejarla, estará multiplicando la calidez de la luz de tu casa, sea la natural, la de las lámparas o la de las velas, guirnaldas… Por eso, pon espejos en diferentes espacios, harás que parezcan más grandes y conseguirás reflejar las luces. Buenos lugares son el recibidor, sobre una cómoda en el dormitorio o el salón, en la pared del comedor…
8. Haz que tu casa huela bien
Entrar en casa y notar un agradable aroma es reconfortante. Hay muchas maneras de aromatizar la casa (difusores de esencias, mikados, ambientadores, piezas de madera con aceites esenciales…) y muchos aromas que pueden ayudarte a conseguir un ambiente relajante. No vamos a negarlo, en tema de aromas, cada cual tiene sus gustos. Pero por lo general, los olores cítricos, de hierbas aromáticas (lavanda, tomillo, menta…) y de “ropa limpia” son los más adecuados para la casa.
9. Elige bien los colores
Los tonos tierra son los reyes de la calidez (beiges, tostados, arenas, marrones, topo…), por eso deben ser la base cromática de una casa cálida. Después, puedes dar tu toque de color con otros tonos cálidos (tonos rojizos, verdosos, amarillentos…). Aunque si tus preferidos son los verdes y azules (tonos fríos de la rueda de color), puedes introducirlos en pequeñas dosis siempre que la base de tu casa sea cálida.
10. Por último, ponte música
Ya lo dice el refrán, “la música amansa a las fieras”. Y es que poner tu música preferida mientras estás en casa te hará sentir mejor, te dará paz y, de alguna manera, te hará sentir más feliz. Así que… ¡dale al play!
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