¿Os ha pasado alguna vez no saber cómo guardar un determinado alimento dentro de la nevera? El frigorífico es un electrodoméstico muy eficaz para conservar los alimentos, ahora bien, tenemos que almacenarlos de forma adecuada si queremos rentabilizar su funcionalidad al cien por cien.
Lo primero que hay que saber:
La temperatura idónea de la nevera se sitúa entre los 3 y los 5 ºC, así se evita la proliferación bacteriana.
¿Dónde se debe poner cada cosa en la nevera?
Nuestra nevera NO es un armario donde dejar la comida en el primer agujero que encontramos. De hecho, es muy importante tener los alimentos bien organizados porque esto garantiza su correcta conservación; tener los espacios bien diferenciados para los alimentos de distinto origen, así como para los alimentos crudos y los cocinados.
1. Frutas y verduras: las pondremos en los cajones de debajo, ya que es dónde la temperatura es superior a la media (10ºC) y podrían estropearse a temperaturas inferiores. Mejor no ponerlas en bolsas de plástico, ya que se humedecerán y se estropearán antes.
2. Carne y pescado: los situaremos en el punto más frío del frigorífico situado en los cajones especiales para ellos (0 -2ºC) o en su defecto encima del estante más próximo al congelador.
3. Productos lácteos, embutidos, sobras (productos elaborados, listos para consumir), pasteles y productos que se tengan que conservar en frío una vez abiertos como la bebida de arroz: los pondremos en los estantes del medio (4-5ºC) y en el de arriba (8ºC). Y nunca almacenaremos los embutidos directamente con el papel de la carnicería, ya que sería un foco de contaminación. Mejor abrirlos y ponerlos en una fiambrera. Los alimentos cocinados y sobras que vayamos a calentar al microondas, será mejor guardarlas en fiambreras de cristal o recipientes de plástico (tuppers) aptos para microondas, así las podremos calentar directamente sin tener que cambiar el recipiente.
4. Huevos, bebidas, salsas, mermeladas, mantequillas, margarinas: requieren menor refrigeración, por eso los almacenaremos en los estantes de la puerta que son los menos fríos del frigorífico (10-15ºC). Además, muchos de estos productos los guardamos sin lavar, tal y como los hemos comprado en el supermercado. Tenerlos separados en la puerta del resto de los alimentos, es una buena pauta para evitar la contaminación cruzada. Los huevos los colocaremos en la huevera con la punta mirando hacia abajo, ya que en la parte superior se encuentra una cámara de aire que los preserva de la contaminación exterior.
Además, debemos evitar llenar en exceso la nevera, ya que se dificultaría su correcto funcionamiento. En este sentido, también es interesante no acumular los alimentos en una única zona del frigorífico, de esta forma el aire circulará mejor entre los diferentes productos facilitando así su correcta refrigeración.
También recordad que, envolver o tapar los alimentos con papel transparente o en fiambreras adecuadas, evitará que el alimento pierda sabor y frescura. Y sobre todo, es muy importante dejar enfriar los alimentos antes de meterlos en el frigorífico (teniendo en cuenta que no deberá de estar más de dos horas a temperatura ambiente), de lo contrario, subirá la temperatura, por lo que aumentará el riesgo de contaminación.
Si ponemos en práctica todos estos consejos, y además cuidamos la higiene del aparato, limpiándolo con regularidad con detergentes antibacterianos, los alimentos se mantendrán en perfecto estado durante más tiempo.
Descubre toda nuestra gama de productos