Estamos rodeados de azúcar, vayamos donde vayamos tenemos a nuestro alcance productos con altas cantidades de azúcar. De hecho, hay muchas veces que comemos productos que, aunque a primera vista no diríamos que lleva azúcar, si leyéramos los ingredientes veríamos que sí. Por ejemplo: el kétchup, el pan, (sobre todo de molde) o los yogures 0%.
Y es que, aunque “a nadie le amarga un dulce”, el problema es que el azúcar genera adicción, así que cuanto más comemos, más queremos comer.
¿Por qué nos gusta tanto el azúcar?
Desde que somos pequeños estamos constantemente en contacto con dulces, de hecho, la leche materna ya tiene sabor dulce. Por eso nuestro paladar esta predispuesto a tolerar mejor esos sabores de manera innata, como signo de protección y sobrevivencia. Después, acostumbramos a nuestro paladar a grandes cantidades de azúcar ya que la mayoría de productos alimentarios destinados al público infantil llevan altas cantidades de azúcar, y estos nos generan una sensación muy satisfactoria después de consumirlos.
¿Cómo reducir el consumo de azúcar?
Es importante que tengas en cuenta que si eres una persona acostumbrada a consumir alimentos altos en azúcares no deberías hacer un cambio drástico, ves reduciendo poco a poco y tú mismo verás que cada vez lo necesitas menos.
Lee las etiquetas
Es primordial conocer lo que estamos comiendo, ya que como hemos comentado antes, hay muchas veces que comemos algo pensando que no lleva azúcar, o que incluso es saludable y la realidad se aleja mucho de esto.
Lee la etiqueta antes de comprar un producto, debes saber que los ingredientes aparecen ordenados por cantidad en el producto, así que cuanto antes aparezca el azúcar peor, ya que significará que ese producto lleva más cantidad.
Vigila con los 0%
Muchas veces compramos un producto donde aparece un 0% en su etiqueta y pensamos que este 0 se refiere tanto azúcares como a grasas, ¡cuidado!, no siempre es así. Muchas veces este
0% se refiere únicamente al contenido en grasas y, por tanto, en la mayoría, aumentan el contenido en azúcar para no perder sabor. Así que vigila con los alimentos 0%, los light y los “reducido en”. De aquí la importancia del punto anterior de leer las etiquetas antes de comprar un producto.
Aprende a controlar el antojo de dulce
Seguro que hay momentos en que sientes que necesitas algo dulce, y lo primero que piensas son en productos de bollería, como magdalenas, cruasanes o chocolate, pero reserva estos productos para ocasiones puntuales y moderadas. Acostumbra a tu paladar a otro tipo de alimentos que son dulces y pueden saciarte igual. ¿Qué te parecen unos dátiles, por ejemplo? ¡Son un alimento naturalmente dulce y muy sabroso! También puedes tomar una fruta que, aunque a ti no te lo parezca, a tu cuerpo le saciará el deseo de dulce. ¡Y no hace falta que renuncies al chocolate! Sólo elige la opción correcta. Elige chocolates con un porcentaje de cacao de al menos 70%.
No te saltes comidas
Saltarte comidas hará que tu cuerpo sienta más hambre de lo normal después y, por tanto, es mucho más fácil que acabes comiendo más de lo normal y eligiendo opciones poco saludables. Como unas 5 veces al día, (desayuno, media mañana, comida, merienda y cena) y de esta manera, te será mucho más fácil controlar el apetito a lo largo de todo el día.
Como ves, reducir el consumo de azúcar no es sinónimo de renunciar a sabores dulces ni a consumir ciertos productos, tienes que buscar una alternativa, como por ejemplo hacer tu propia repostería casera, ¡hay muchísimas recetas de tartas y postres sin azúcar que están deliciosos! Seguro que con estos consejos te resulta mucho más fácil reducir el consumo de azúcar, ¡anímate a diario!
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