Ya nadie pone en duda que el consumo de alimentos ecológicos está en auge y cada vez son más las personas que apuestan por estos alimentos a la hora de hacer la compra, es por esto que queremos enseñarte las diferencias entre producto ecológicos y bio.
El etiquetado de algunos alimentos nos puede llevar a confusión. Bio, ecológico y orgánico. ¿Realmente qué significan? Si alguna vez te has preguntado qué diferencias tienen, si es que las hay, hoy te aclararemos estas dudas.
Según el Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación del Gobierno de España , a la producción ecológica también se la denomina como biológica u orgánica. Así pues, estos tres términos significan lo mismo: provienen de un sistema de gestión y producción agroalimentaria que combina prácticas medioambientales junto con un alto nivel de respeto a la biodiversidad y preservación de los recursos naturales.
Arroz, zanahorias, queso o pollo. La alimentación ecológica abarca cualquier tipo de alimento siempre que cumpla los certificados establecidos. Puede ser un producto fresco, envasado, de origen animal o de origen vegetal. En Nomen contamos con el arroz de cultivo ecológico Nomen, considerado un producto de alta calidad.
La FAO organización de alimentación y agricultura de las naciones unidas. FAO, por sus siglas en inglés, describe que para que un alimento tenga el certificado de ecológico o bio, tiene que garantizar las siguientes características:
En la Unión Europea existen tanto normas de producción como normas de etiquetado relativas a los alimentos ecológicos. El símbolo que distingue los productos ecológicos y bio se llama Eurohoja. Es el icono de la hoja verde presente en todos los productos ecológicos y/o bio. De este modo se facilita al consumidor la lectura del etiquetado. Solo los productos que cumplen la normativa anterior pueden contener la Eurohoja en su etiquetado.
Cabe destacar que los productos frescos ecológicos y/o bio pueden ser de invernadero y no tienen por qué ser de proximidad. Los alimentos de kilómetro cero, forman parte de una tendencia derivada del “Slow Food”, o comida lenta. Consiste en adquirir y fomentar la compra y producción de productos de proximidad, donde su origen sea inferior a 100 km del punto de distribución.
Al igual que los productos ecológicos y bio también persiguen la sostenibilidad alimentaria y el bienestar tanto del consumidor como del agricultor.
Estos certificados no solo proporcionan al consumidor la certidumbre de que están comprando productos regulados y controlados, que cumplen los requisitos ecológicos. Además, aseguran transmitirle información clara y transparente para que pueda entender a la perfección su composición.
Además del consumo sostenible es importante adoptar hábitos en la misma dirección. Desde Nomen tenemos un compromiso con la sostenibilidad y por eso os proponemos 5 hábitos sostenibles fáciles de adoptar.
Ahora que ya sabes que no hay diferencia entre orgánico, ecológico y bio, ya puedes hacer la compra más sostenible posible sin perder el tiempo dudando entre cuál escoger. ¡No esperes más para aportar tu granito de arroz en un mundo mejor!