Comprar los mejores alimentos es bueno para tu dieta, para tu salud y también para el planeta. No es difícil, solo tienes que tener claros unos cuantos consejos y recordarlos cada vez que entres en un supermercado, en una pescadería o una frutería.
1. Nutre tu despensa con cabeza
Para llevar una alimentación saludable, hay que hacer una compra saludable. Lo más aconsejable es planificar un menú semanal que te ayude a organizar la lista de la compra. En ella no pueden faltar productos frescos, como verduras, frutas, carnes y pescados. Pero también son básicos los cereales, como la quinoa o el arroz, la pasta, las legumbres y los frutos secos. Así como los huevos y los lácteos (leche, yogures, queso…) y el aceite de oliva. Los productos más perecederos deberás comprarlos al menos una vez a la semana, de los que tienen una fecha de caducidad más larga (arroz, quinoa, legumbres, pasta…) intenta tener siempre un par de paquetes de cada en casa.
2. Haz la compra de manera responsable
Apuesta por productos de proximidad, si puede ser de Km 0. Transportar alimentos desde la otra punta del mundo genera una carga de emisiones nocivas a la atmósfera y un gran coste de consumo de energía. Además, así favoreces a los productores locales. Opta también por alimentos ecológicos (cuando lo son, suelen llevar una etiqueta para distinguirlos, como los arroces de cultivo ecológico de Nomen), que no hayan sido tratados con químicos ni pesticidas.
3. Apuesta por los alimentos de temporada
La naturaleza marca su ritmo y nos dice qué productos frescos son los que hay que consumir en cada momento del año. Si bien es cierto que hoy en día casi se puede encontrar de todo en todo momento, consumir una fruta de verano en invierno por lo general significa dos cosas, o que se ha forzado su crecimiento y maduración, algo que es perjudicial para el medio ambiente, o que proviene de la otra punta del mundo, así que su transporte conlleva una gran huella de carbono. Todo eso, sin contar con las propiedades organolépticas de los productos: cuando están de temporada su sabor es inigualable. Y además, están mejor de precio.
4. Minimiza los plásticos
No se trata de no comprar NADA que vaya envasado en plástico. A veces, no tenemos alternativa. Y a veces, el plástico es el material que mejor va para conservar según qué alimentos. Pero si puedes elegir, di NO a los envases plásticos. En Nomen nuestra intención es reducir nuestros envases de plástico y, por ello, cada vez más utilizamos productos con papel reciclable.
Procura comprar los productos frescos (fruta, carne, pescado, verduras, embutidos…), a granel y sin envasar. Claro que deberás pedir al carnicero/pescadero/frutero que no te los ponga ni en bolsas de plástico (a no ser que sean biodegradables) ni en bandejitas de plástico. Si no, no ganamos nada.
5. Lleva tu bolsa contigo
No te olvides de llevar tu propio carro de la compra o una bolsa de tela reutilizable (llévala siempre en el bolso, no ocupa espacio ni pesa) para evitar las bolsas de plástico. No es un hábito nuevo, para nada. ¿O no recuerdas las bolsas de tela para ir a por el pan que había en casa cuando eras pequeño? ¿O el cesto de rafia para ir a comprar al mercado? En esa época, cuando el plástico aún no había invadido nuestro día a día, lo hacíamos mejor que ahora. Así que… vuelta a los orígenes.
6. No cedas a las tentaciones
Cuando vayas a la compra, te verás tentado por infinidad de productos “poco saludables” que llenan los lineales de los supermercados, desde snacks a productos de bollería o ultra procesados. Por eso, es importante hacer la lista de la compra con lo que realmente necesitas y ceñirte a ella. Y también ir a la compra con el estómago lleno, si vas con hambre te será más difícil resistirte a las tentaciones. Si no las compras, no las comerás.
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