La leche materna es un alimento infantil que contiene todos los nutrientes necesarios para el correcto desarrollo del bebé. Tiene múltiples beneficios para su sistema inmunológico y su salud a largo plazo. ¡Te contamos todo sobre la lactancia materna y alimentación de la madre lactante!
La lactancia materna es una fuente de alimento natural que aporta las cantidades adecuadas de carbohidratos, proteínas y grasas. Además, proporciona las proteínas digestivas, minerales, vitaminas y hormonas que los bebés necesitan durante su primer año de vida.
La composición de la leche materna está en constante cambio y se adapta a las necesidades propias del recién nacido. Incluso en la misma toma puede cambiar la temperatura del alimento, así como su composición. Al principio, la leche materna contiene más agua para saciar la sed del bebé y va aumentando, poco a poco, el aporte de grasas y energía.
Amamantar al bebé le aporta anticuerpos que ayudan a combatir virus, bacterias e infecciones. Por tanto, el infante tendrá menor riesgo de sufrir alergias, gases y diarreas, enfermedades de la piel o afecciones respiratorias, como neumonía o bronquitis.
La leche materna es un alimento ligero que se asimila con facilidad, esto previene problemas en el sistema digestivo que pueden derivar en diarreas, estreñimiento o cólicos. Además, a largo plazo disminuye el riesgo de padecer diabetes, obesidad o problemas de peso y caries en los dientes.
El acto de succión contribuye al desarrollo de la mandíbula del bebé, que alcanza una posición apropiada a los 8 meses, aproximadamente. Con el biberón, la succión que realiza es más pasiva y los músculos de la mandíbula no trabajan como deberían. La correcta deglución es importante para desarrollar correctamente las estructuras orofaciales y prevenir problemas en el habla.
Durante la lactancia la madre cubre las necesidades del bebé no solo a nivel de alimentación, también le proporciona calor, proximidad y seguridad. Se crea un vínculo único entre ambos que permitirá una relación más estrecha y favorecerá la autoestima del infante.
Es importante saber que no hay que hacer grandes cambios en la alimentación habitual por dar el pecho al bebé. Simplemente se debe mantener una dieta sana y equilibrada sin obsesionarse. Ni los excesos ni las restricciones serán buenas para la madre y el pequeño.
El alcohol es el único alimento prohibido para la madre lactante, ya que puede interferir en el buen desarrollo del bebé. Por otro lado, hay otros alimentos que no se recomiendan según el momento del día.
No es necesario seguir una dieta especial durante la lactancia siempre que la alimentación sea variada, equilibrada y completa.
En cuanto a realizar restricciones calóricas para perder peso, es mejor esperarse a finalizar el periodo de lactancia materna y que el bebé ya esté con alimentación complementaria. La razón principal es que el cuerpo, durante el embarazo, ha almacenado reservas energéticas para la producción de la leche, que poco a poco se van agotando. Por esto, la alimentación de la madre lactante debe ser suficiente para cubrir las necesidades energéticas para la producción de la leche, que acostumbran a ser entre 250 y 500 kilocalorías extras al día.
No es necesario tomar vitaminas extras durante la lactancia materna siempre que la alimentación sea equilibrada. En el caso de madres y bebés sanos y sin ninguna patología que afecte a las necesidades de vitaminas y minerales, los requerimientos están cubiertos con una alimentación variada. En caso contrario, es necesario consultarlo con tu médico de cabecera, pediatra y/o dietista-nutricionista.
Así que ya sabes, no dudes en darle el pecho a tu bebé y consulta al profesional adecuado en caso de dudas.