Estos días parece imposible hablar de otro tema que no sea el Covid19, la infección por SARS-CoV-2. Nuestra cabeza no para de dar vueltas a la situación extrema que vivimos y esto provoca una gran preocupación y malestar emocional por eso queremos enseñarte a controlar las emociones, especialmente por la incertidumbre que generan en nosotros los cambios constantes debido a la rapidez de la propagación del virus.
Nuestras vidas han cambiado súbitamente y esto nos obliga a modificar nuestras rutinas, nuestro espacio, nuestras relaciones, nuestro trabajo… y nos encontramos fuera de nuestra área de confort.
Enfrentarse a emociones intensas, encajar noticias dolorosas de personas cercanas o ver como desafían a diario a la enfermedad los trabajadores sanitarios… nos sobrepasa.
Es normal sentir miedo, tristeza, enfado y sentimientos de vulnerabilidad y falta de control ante estas crisis. Pero debemos mantenernos firmes y llenarnos de emociones positivas.
Todo pasará seguro. Mientras tanto y hasta que todo sea un recuerdo, hay que afrontar el problema y mitigar el impacto emocional que nos enviste a diario para que las consecuencias sean mínimas o nulas. ¿Quieres saber cómo conseguirlo? A continuación, te damos unos consejos para controlar las emociones durante el coronavirus.
Es preciso reconocer las emociones que sentimos, esto nos ayudará a ponerles nombre o cara. Cuando sabemos qué sentimos, es más fácil de contrarrestar y afrontar.
Este no es un proceso rápido ni lineal, sino que pasarás por distintas fases hasta conseguir un equilibrio y una mentalidad positiva.
Todo empieza con una noticia lejana. Estamos habituados a escuchar sucesos y malas noticias desde los medios de comunicación. Parece que ya nos hemos inmunizado incluso. Pero no imaginamos, bajo ningún supuesto, que esto vaya a ocurrir aquí.
Hay una primera fase de negación que aparece en casi todos los cambios que no deseamos que acontezcan: una muerte, una separación, una pérdida… Ponemos excusas y negamos la realidad. El coronavirus ha llegado a nuestras calles, pero no lo queremos ver.
La rabia o la ira son las emociones que prosiguen o acompañan la negación. En este caso nos damos cuenta de que sí nos puede afectar. Hay que dejar que el enfado siga su curso para avanzar a la siguiente fase.
Esta emoción es muy desagradable y al mismo tiempo necesaria. El miedo nos puede paralizar, es contagioso y nos puede llevar a la histeria colectiva, como las compras compulsivas, la irritación, querer escapar…
Pero tener miedo es saludable, nos hace más prudentes y nos ayuda a protegernos. Es una emoción adaptativa que agudiza la capacidad de reaccionar o de buscar soluciones o alternativas que nos ayuden a estar mejor.
Después aparece la tristeza. Estamos cansados y parece que nunca va a terminar esta pesadilla. Pero esta fase es la que nos permite llegar a un estado de aceptación. Admitir lo que pasa y ser conscientes de la realidad es el primer paso para avanzar.
A partir de la aceptación podemos empezar a aprender. Hemos entendido que hay muchos factores en juego que no podemos dominar, así que es el momento de soltar el control.
Es el momento de vivir el presente y ser agradecido. Nos damos cuenta de que entre todos estamos tratando de dar lo mejor de nosotros mismos. Aparece la solidaridad. Pensamos en cómo podemos ayudar a los demás. La nueva realidad nos hace vivir la vida con un propósito y recordar lo aprendido en el futuro, para saber apreciar lo que realmente es importante.
También es el momento de adquirir nuevos hábitos. Debemos quedarnos en casa y esto nos permite descubrir poco a poco aspectos positivos de esta situación. Podemos vivirlo como una oportunidad. Cuanto más nos esforcemos en averiguar qué podemos aprender de esta crisis, antes alcanzaremos el equilibrio y una mentalidad positiva.
Ya hemos visto las distintas fases que se suceden ante un impacto emocional, ahora te contamos qué estrategias seguir de forma práctica para avanzar y superar el confinamiento.
Aprender de la crisis que estamos viviendo y hacer frente a la situación no es nada fácil, pero nuestra forma de responder, a nivel individual y como sociedad, será determinante para superar esta pandemia de la mejor manera posible.
Si nos quedamos anclados en alguna de las fases anteriores, no habremos aprendido nada, ni habremos crecido a nivel personal y colectivo. ¿Cómo prefieres afrontar esta crisis?