El arroz es el gran comodín de la cocina. Porque pocos alimentos tienen la capacidad de convertirse en el ingrediente principal de una receta (como el arroz hace en la paella, los arroces caldosos o el risotto) o quedarse en un segundo plano y acompañar a otras preparaciones, como una guarnición perfecta.
Hoy vamos a hablar del segundo rol del arroz, el arroz que llamamos blanco, porque simplemente está cocido, nada más. Es el arroz ideal para acompañar platos de carne o pescado, la base del arroz a la cubana, de los salteados de arroz… A priori, parece no entrañar ninguna dificultad, pero una vez te pones, surgen las preguntas y los problemas. ¿Cuánta agua le pongo? ¿Aceite sí o no? ¿Y la sal? ¿Lo echo cuando el agua ya hierva o en frío? ¿Remuevo? ¿No remuevo? ¿Tapo la cazuela?
Muchas preguntas que vamos a resolver en este post. Aunque ya te adelantamos: no existe una única fórmula perfecta para hacer arroz blanco. Depende del arroz que utilices, de si lo quieres muy suelto o más pastoso… y al final, cada cocinero lo hace a su manera.
A grandes rasgos, existen dos grandes tipos de arroz: el de grano largo (basmati, salvaje, thai…) y el de grano corto o redondo (bomba, carnaroli, arbóreo…). Todos se pueden cocer para hacer arroz blanco, sí, pero el resultado no es el mismo y el sabor, tampoco.
Para empezar, el arroz largo suele tener menos contenido en almidón, por lo que de manera natural suele quedar más suelto. ¿Eso significa que el arroz corto siempre va a quedar apelmazado? No, si lo lavas antes para eliminar el almidón “sobrante” o lo cueces en abundante agua.
Esta es la manera más básica de cocer el arroz blanco. Pero no la única. Algunos cocineros, por ejemplo, tuestan el arroz en el aceite primero y luego le añaden el agua en frío y lo llevan a ebullición.
– Con ajo. Pela un par de ajos y sofríelos en el aceite antes de añadir el agua. Luego, puedes retirarlos o no. También puedes añadirlos en crudo cuando el agua esté hirviendo.
– Con cebolla. También le da un sabor delicioso al arroz blanco. Pela media cebolla y añádela entera al agua. Déjala dentro de la cazuela hasta el momento de incorporar el arroz (o déjala, si no te molesta luego encontrarla entre el arroz blanco).
– Con laurel. Añade una hoja de laurel seca al agua de cocción del arroz.
– Con caldo. Sustituye el agua por caldo (puede ser de verduras, de pollo o de carne) y verás qué sabroso te queda el arroz. También puedes añadir una pastilla de caldo concentrado al agua, pero entonces ten cuidado con la sal, este tipo de concentrados suelen incorporar sal.
Con el arroz precocido de Nomen, que se presenta en cómodos vasitos y solo necesita 1 minuto de microondas para estar a punto para comer. Los tienes de arroz redondo, de arroz basmati, de arroz integral, de arroz integral con verduras y semillas y de arroz integral con quinoa.